Anteriormente se denominaba en toda la región tequilera, tabernas a las fábricas donde se producía el tequila; para la elaboración de ese aguardiente se seguían procedimientos rudimentarios, pues el mezcal se tatemaba en pozos ademados con piedra las que se caldeaban al rojo vivo, ya cocido se desintegraba valiéndose del primitivo sistema de la tahona (rueda de piedra) movida por una yunta de bueyes, los caldos obtenidos durante este proceso de molienda se fermentaban en pipas de madera, colocadas en obscuras galeras, para posteriormente destilarse en alambiques calentados a fuego directo.
Era tan buscado y deleitoso el vino mezcal (tequila) que se vendía por barriles, jarras y botijas.